Las crisis tienen el don de resaltar la idoneidad del ser humano, que, en momentos de sosiego, nunca hubieran surgido del silencio. Actualmente vivimos inmersos en la angustia, rodeados de alarmante paranoia y más que todo llenos de transformaciones. Es momento de ejecutar acciones, que consoliden la búsqueda del beneficio colectivo. Sin duda, será el valor humano apropiado por todos nosotros que establezca las nuevas bases para la reconstrucción de la sociedad; generando una verdadera senda sostenible, en donde la empatía, la solidaridad, y el trabajo en equipo sean los protagonistas de este gran accionar.
Como mencionó Da Vinci: “Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto”; la inactividad nos limita, por eso debemos romper los paradigmas que condiciona la toma de decisiones. De esta idea, surge el proyecto “Ecuador: crisis y oportunidad, El desafío de promover el trabajo colaborativo tras épocas post covid-19”. Esta iniciativa convoca a diversos actores de la sociedad, para fomentar el trabajo compartido en escenarios como los que vivimos. Éste se desarrollará alrededor de 4 aspectos fundamentales: Medio Ambiente, Las personas en sectores vulnerables, Empresas Públicas/Privadas, y Personas naturales con capacidad económica. Considerando las necesidades de las minorías, se establece un sub-proyecto denominado “Un hogar para todos”, cuyo resultado será sustancial para acatar la propuesta principal. En aras de validar este proyecto, las empresas públicas determinarán a través de procesos legales, el espacio para la construcción de las viviendas; las empresas privadas motivadas por recibir incentivos fiscales otorgados por el gobierno y la distinción “Punto Verde” a través del Ministerio del Ambiente, realizarán las inversiones de construcción de viviendas y áreas verdes en cada territorio con al menos 9 metros cuadrados de espacios arborización por habitante (9m2/hab.), siguiendo las recomendaciones de la OMS, para un ambiente más sostenible. Dada la parte operativa del proyecto, la intervención de las personas naturales con voluntad y capacidad económica es fundamental para ofrecer nuevas plazas de trabajo a este grupo y sector; promoviendo el valor de la inclusión: y a su vez, generando tal efecto, que dinamice la economía del país, evitando que el costo promedio de vida incremente para el resto de la población.
Es importante reconocer que existen múltiples beneficios en este breve proyecto; sin embargo, es valioso tener presente que este accionar solo sienta las bases de una gran intención solidaria; donde cada miembro abona el terreno para un crecimiento a mediano y largo plazo, sólo así, podremos lograr potenciar de manera sostenible al Ecuador. El camino debe ser trabajado constantemente, en conjunto, hombro a hombro, porque juntos surgiremos triunfantes.
Por Ivanna Farah
@iva.afb